miércoles, 26 de octubre de 2011

EL ESFUERZO DEBE TENER SU RECOMPENSA



El mundo del running, o del correr, no para de darme argumentos para creer que sí, que efectivamente es una forma de vida, algo positivo para la persona, no unicamente para la salud, que también, sino como un medio de reconciliarte con la humanidad, con esos valores que hacen del ser humano algo único y maravilloso. A veces una lesión puede ser una bendición. No, no me he vuelto loco. Quienes lo han padecido y lo padecen sabrán de que hablo. Nos hacemos más humildes, más realistas, pero seguimos disfrutando aunque sea en otra dimensión; ni peor ni mejor que la de nadie, no se trata de galones, sino de sensaciones, de involucrar ese saber en tu día a día. De reconsiderar que todo es relativo, todo es pasajero y ... que al mal tiempo buena cara. Ayer me decía mi mujer que no dejara de correr y no deja de tener su gracia porque al principio no pensaba lo mismo; esto no ha sido ni una guerra, ni una batalla; ni va de vencedores y vencidos porque ganamos todos. No es la primera vez que le oigo el comentario de que está encantada con esta afición porque me ha hecho más calmado, porque me aporta una felicidad que me completa o al menos me ayuda a completar. Javier Moya, un reciente maratoniano, me dedicaba un espacio en su "remera", en su camiseta, en la del maratón. Me agradecía lo que con mucho gusto solemos hacer los corredores, ayudar a otros corredores. Enseñar lo poco o mucho que sabemos, pero sinceramente, porque corriendo ellos y alcanzando sus metas, corremos también nosotros, las conseguimos también nosotros. Me emociona especialmente que estando yo lesionado alguien me hiciera correr nada menos que un maratón. Hay cosas que no se pagan con dinero y esa es una de ellas. Lesionado he corrido un maratón y el próximo 27 de noviembre con mis amigos y compañeros del alma, los T-Diesel, correré otro.