viernes, 17 de julio de 2015

VI TRAIL PEÑALARA 60 K



Datos de la carrera:

  • Lugar: Sierra de Guadarrama (Madrid, España)
  • Fecha: 27 de junio de 2015
  • Hora: 7 de la mañana 
  • Salida: Plaza del Ayuntamiento del Ayuntamiento de Miraflores de la Sierra (Madrid)
  • Llegada: Navacerrada (Madrid)
  • Distancia: 63,5 km aproximados (Ficha técnica)
  • Senderos: 23,5 km (37%)
  • Pistas forestales: 35 Km (55%)
  • Asfalto: 5 Km (8%)
  • Desnivel: + 2.751 metros/ - 2.742 metros
  • Desnivel acumulado: 5.600 metros. 
    Tiempo límite: 15 horas. 
  • Avituallamientos: Km 11, 26, 34,5, 48, 53 y Meta.
  • Inscripciones: Hasta un máximo de 400 corredores. 

Cuando empecé a entrenar para este reto sinceramente me costaba pensar que algún día llegaría a tener la seguridad de que podía hacerlo. Tras mi lesión no había vuelto a correr ni tan siquiera un medio maratón. Tenía la ilusión de correr esta carrera pero ...¿más de 60 km? ¡Descabellado! ¿Volvería la lesión si empezaba a entrenar de continuo y fuerte? ¿Cómo iba a entrenarlo?¿Con el apoyo de un entrenador o de manera autodidacta? Respondiendo primero a esta última pregunta opté por entrenarme yo mismo por dos razones: la primera porque mi trabajo me aportaba el suficiente estrés como para añadir el estrés que sabía que me iba a suponer cumplir (soy muy cumplidor) con el plan establecido por un entrenador. Por otra parte, me atraía, no puedo negarlo,  asumir la responsabilidad de entrenarme. Eso supone también un reto y un riesgo porque no soy entrenador y tampoco puedo sustituir los años de estudio y dedicación de los entrenadores de atletismo. Por eso que conste en primer lugar mi respeto hacia ellos y mis disculpas por mi osadía. Estoy seguro de que de haberme entrenado con un entrenador profesional hubiera sido mucho más eficiente mi entrenamiento.

¿Volvería la lesión? Un enigma. El movimiento se demuestra andando.  Alejandro Galán, fisioterapeuta de la RFEA, recomendado por el doctor Capapé, me habían ayudado en la recuperación de la lesión a la vez de prescribirme un conjunto de ejercicios preventivos que no he dejado de hacer y que seguiré haciendo. Una de las asignaturas pendientes de todo corredor es que no estiramos ni fortalecemos lo suficiente, aunque es cierto que cada vez somos más conscientes de esta carencia y así se puede apreciar el cambio de actitud en los ejercicios que ahora se hacen por parte de mucha gente en los gimnasios ... ejercicios de core, pliometría, utilización del balón suizo, bossu,  ... ejercicios que hace muchos años empecé a hacer en la Escuela del Corredor de la Universidad Europea de Madrid (ahora "All in your mind") y que no veía que si hicieran en ningún otro sitio ni incluso en revistas especializadas de difusión masiva. 

¿Sería capaz de "correr" durante más de 60 km? Objetivo que veía muy lejano y tenía muchas dudas. Además entrenándome solo, se me antojaba con un plus de complicación. Pues la gran verdad es que para ser capaces de conseguir un reto lo que hay que hacer es entrenar ese reto. Diréis que lo que digo es obvio, pues así es, pero lo explico. Para llegar a ser capaz de correr una determinada distancia necesitas al menos dos cosas, y lo diré muy claro para que se me entienda, que hayas entrenado tu cabeza para conseguirlo y que hayas entrenado tu cuerpo para conseguirlo. A la cabeza la vamos preparando al igual que a nuestro cuerpo con cada entrenamiento. Cada entrenamiento hace que la semilla vaya empezando a germinar. Con cada nuevo paso que demos en el entrenamiento haremos que se incremente la convicción de que podemos hacerlo. Al principio serán esos 20 km o en términos de tiempo corriendo ininterrumpidamente, luego serán esos 30, luego .... y así hasta llegar a ese número de km que consideremos necesario y así cuando echemos la vista atrás nos parecerá imposible el camino que hemos recorrido. Pero lo habremos recorrido y estaremos preparados. Lo mismo sucede con el cuerpo. Llega un momento en que tu cuerpo está preparado (si te preparas bien y no te lesionas, claro) y tu cabeza también. Por eso no hay que angustiarse si al principio el reto lo vemos lejano salvo que el reto sea un disparate (la cabeza puede más que el cuerpo por eso es necesario que exista un equilibrio entre ambos). En este proceso de convencimiento tienen un papel importante los ánimos de tus amigos, los que creen y confían en tí, los que han hecho el mismo reto o similares y te dan consejos ... esto también forma parte del proceso. Aquí tengo que hacer mención especial a tres personas, a Juan Vicente Vigara (amigo y fisioterapeuta además de 2-ironman y excelente persona), a Eduardo Peña (compañero de trabajo y amigo, triatleta, montañero y finisher del TP 60 que desinteresadamente me dio consejos y me ayudó mucho en mis dudas) y a Juan Mudarrra (amigo, ultrero, ironman, ... ) con quién he compartido entrenos y vivencias a lo largo de esta preparación y además me ha asesorado "excelentemente" en material de trail running. 

También tengo que agradecer la motivación que me supuso ese primer entreno en la montaña con Madrid Trail en Bustarviejo aunque tuviera la mala fortuna de que al final del recorrido y de la manera más tonta me fastidiara el hombro izquierdo al resbalar en una roca practicamente parado; y por supuesto a Octavio Pérez, ya que su libro "La preparación en el corredor de montaña" (excelente libro) me ayudó y acompañó (y me seguirá acompañando) en la preparación de este reto al seguir, con adaptación personal a mis circunstancias, sus recomendaciones. Pero también a los años de entrenamiento con "All in your mind" pues lo poco o mucho que sé de lo que significa entrenar me lo han enseñado ellos. Citaría a muchos, a los amigos de All in your mind con quién sigo en contacto a través de Facebook, a los compañeros del Equipo T-Diesel, amigos de Facebook (selfierunners, Carles, Abuelo Runner, Javi, Manu, ...) ...  y a esos cracks del mundo del trail running y del atletismo en general que desinteresadamente han respondido a mis preguntas cuando podían no haberlo hecho. Me gustaría citarlos, pero por respeto a su intimidad no lo haré aunque como ellos saben quienes son desde aquí les doy nuevamente las GRACIAS.

Mi agradecimiento a Diego Mosquera, el diseñador de nuestro equipo, por vestir a nuestro torito de GTPero. 

También a los organizadores de la carrera, al Club Peñalara, quienes siempre han respondido a mis preguntas de una manera "excelente" y por la alegría que me dieron cuando me dijeron que podía inscribirme al estar en lista de espera. Cuatrocientos corredores son los aforturnados para vivir una experiencia que jamás olvidarán. Se sufrirá, algunos tendrán que abandonar, ... pero merecerá la pena intentarlo.

También quiero agradecer al servicio técnico de Garmin al arreglarme el GPS a tiempo de poderlo utilizar en los entrenamientos (más en los entrenamientos) y en la carrera (no recuerdo haber mirado mucho el GPS).

Por supuesto mención especial a mi familia ya que este tipo de entrenamientos supone dedicar muchas horas de entrenamiento en un entorno, la montaña, a la que hay que acudir siempre con respeto y prudencia; y esas circunstancias sabía que les preocupaba.

Los días previos

Como me decían algunos de los amigos citados (Juanvi, Eduardo y Juan, fundamentalmente), estaba más que entrenado para la carrera pues había hecho entrenos que consideraban más para un GTP que para el TP 60 pero es el precio que quise pagar por mi decisión de entrenarme. Esto tiene el riesgo del sobre entrenamiento y la lesión pero también tenía muy claro, como así sucedió, que estaría pendiente de mis sensaciones y si veía que me pasaba en los entrenamientos rebajaría el ritmo o adaptaría el entrenamiento, reduciendo la carga y sin sobrecargar los músculos por no dejar el tiempo necesario de descanso entre unos ejercicios de fuerza y los siguientes (al tercer día de realizar el primero). Así lo hice. Los ejercicios preventivos eran obligatorios. El calentamiento fundamental. Vuelvo a no estirar lo necesario y así sentía molestias en el isquio y piramidal izquierdo. 

Por otra parte, aunque parezca mentira hasta pocos días antes no me preocupé de los tiempos de paso. Aquí me ayudó mucho los tiempos de paso de mi compañero Eduardo Peña en la carera del TP 60 del año anterior. Y así me preparé un mapa que plastifiqué con cinta adhesiva con los tiempos de paso y de corte. Mi referencia por tanto iba ser el tiempo de mi compañero, acabar entre 10 y 11 horas.



Errores

El día de la carrera no se deben hacer experimentos. Esto lo sabemos todos. Todo lo que se vaya a utilizar ese día tiene que haberse probado antes. Error en la nutrición, inducido tal vez por la necesidad de cubrir la carencia de sales ante el temor de las altas temperaturas que íbamos a tener a lo largo de la carrera. Error en la preparación por tanto de la nutrición al no haberla puesto en práctica durante el entrenamiento y tampoco planificarla ni aprehenderla (consciente de qué y en dónde). 

La nutrición deportiva es otra de las asignaturas pendientes del corredor. En mi caso lo es. La suplementación deportiva también debe entrenarse. Y estar en el peso adecuado también. 

Segundo error (reconducido), tras años de llevar plantillas, llego a la conclusión, no científica, de que es probable que las plantillas tuvieran alguna responsabilidad en la pubalgía. Ya fuera por este motivo (no utilizar plantillas) o como consecuencia del desgaste de zapatillas y entrenamiento, tengo un dolor considerable en los sesamoideos de ambos pies. Al principio era en uno, luego en los dos. Acercándose el día de la carrera las molestias son mayores. Hago un apaño en el pie a manera de plantilla y esto me genera ampollas que me obligan a dedicar el tiempo necesario para quitar el "artilugio" que me había puesto (quitar las zapatillas, medias medilast, quitar el artilugio, poner medias, zapatillas) (esto sucede desde la salida hasta el Puerto de la Morcuera). Por suerte decido quitarlo. Podía haber me obstinado en continuar y haber tenido un problema más.

Tercer error. Estrenar bidones con tubo telescópico. Tragué aire y en algún momento, cuesta abajo, me rebotaba el estómago (Hace unos días salí a correr con uno de ellos y no tuve molestia alguna, ya iba entrenado).



Cuarto error. No planificar dónde poner el vaso portátil, donde poner la gorra  y las gafas cuando me las quitaba. En el último tramo de carrera las gafas y vaso se me cayeron muchas veces y ya me daba hasta vergüenza tener que pararme a recogerla. Todos estos detalles tienen que estar previstos.

Aciertos

Entrenar el recorrido para tener seguridad sobre el terreno. Solo que no entrené la bajada desde el avituallamiento de Guarramillas hasta las pistas forestales porque lo hice por otro valle al desconocer el camino y no encontrar la posición correcta con el GPS. Bajada que se me hizo eterna y al ser una bajada con piedras y raíces que se me clavaban en los sesamoideos sufrí lo que no está escrito. Tal vez fue mejor así. Además, debería haber entrenado más la subida al Puerto del Reventón que se hace eterno. Recomiendo entrenar esta subida tan puñetera varias veces para conocerla a fondo (yo divido la subida en tres tramos: el bosque con una primera parte muy cerrada, la pista forestal algo más larga y tendida que la de Miraflores y la recta final hasta el puerto).

Esta imagen, con la que coincido, ilustra la cuestión con humor. ¡que no falte!


Dudas de última hora

¿Hay ropero en la salida? NO. Si quieres dejar ropa para cambiarte lo tienes que dejar el día anterior a la carrera en el lugar habilitado por la organización (Polideportivo de Navacerrada) dentro del horario previsto. 

El día anterior

La situación de salud de un familiar (mi suegra) ingresada en el hospital y en situación delicada añadió tensión a esos momentos que uno espera que sean de cierta concentración y a ser posible de normalidad. No sabía hasta la noche del día anterior cómo iba a ser mi logística de viaje. Si iba a ir directamente a Navacerrada para coger el autobús que me acercase a la salida y regresar en coche desde allí, ir directamente a Miraflores ... al final la opción elegida fue la última. No exenta de sus riesgos pues luego llegué a la salida con apenas media hora del comienzo de la carrera. Un problema con el coche, un control rutinario de la Guardia Civil y hubiera llegado tarde.

La noche previa a la carrera dormí poco. Creo recordar que me levanté a las 4,45 de la mañana. El ponerme compeed en ambos metatarsos que no lograba que se pegaran completamente (me los quité en la Morcuera porque se habían desplazado de su sitio) y el artilugio de los pies, me hizo perder mucho tiempo.

La carrera

Llego con apenas media hora antes del comienzo de la carrera y ya hay mucha gente allí. Aunque no me cuesta encontrar aparcamiento no resulta sencillo y la liturgia (más bien necesidad) de la "parada técnica" resulta difícil de llevar a cabo porque los bares están cerrados y la organización al menos de momento no dispone de inodoros portátiles ... ergo ... "búscate la vida". Por suerte logré entrar en el baño de un hotel que tenía abierta la cafetería y el responsable se apiadó de mí. Esto le sirvió a algún otro pero no a los que vinieron después que se encontraron las puertas cerradas. Tema que me consta que la organización tiene previsto resolver pero de momento es lo que hay. Campo, campo, campo ... entre los olivos los cortijos blancos.

***


Antes de comenzar la carrera nuevo contratiempo. A escasos minutos del comienzo de la carrera, el del control de chip me dice que me tengo que quitar el chip de la zapatilla (ahí se suele poner en las carreras de asfalto) y ponérmelo en la muñeca. Quita doble nudo de la zapatilla, saca el cordón de su ubicación, vuelva a atar ... 


Por fin ... cuenta atrás y salida. Pongo el crono en marcha cuando se da la salida, en mi caso antes de cruzar el arco de salida, aquí ni tiempos netos ni leches. Sales cuando se empieza y llegas cuando acabas.

***

Todo este recorrido por delante. El haberlo entrenado me da la seguridad de saber lo que significa y eso me permite dimensionar el objetivo por secciones. Sé o me parece que la carrera empieza a ser decisiva a partir de superar "el reventón" por dos motivos. Esa subida hace "pupa" y a esas horas el sol va a dar estopa fina. Como así fue. 


Comienzo nervioso. Ese comienzo lo he entrenado muchísimas veces. Noto mucha responsabilidad. Me molesta esa sensación que no he sentido nunca al menos de esa manera. Mi objetivo es correr lo máximo posible hasta que no tenga más remedio que caminar en el segundo tramo, tras pasar la pista forestal y reencaminarnos hacia el Puerto de la Morcuera. Me veo bien e incluso supero en ese momento a María José Payno. Pero luego al tener que parar en el avituallamiento de la Morcuera para enmendar mi error de los artilugios en los pies,  al cabo de un rato veo que pasa María José a la que ya no vuelvo a ver. Le ha tenido que dar bien a la zapatilla en el tramo hasta Rascafría.


Evitado un daño mayor con las ampollas que me estaban saliendo, continúo bien y con alegría, dando a mi cuerpo "ídem" Macarena. Me cruzo con una corredora veterana extranjera a quién saludo y me saluda. 

Voy muy cómodo y ligero, incluso me permito hacer una foto con el móvil. Será la primera y última vez. 

Animo a otros corredores a los que les informo de lo que viene por delante. ¡Venga que esta es la última cuesta, ahora viene una bajada! Pista hacia abajo ... adelanto, me adelantan, ... empiezo a situarme dentro del grupo de corredores con los que más tarde nos iremos haciendo la goma en distintos momentos de la carrera. Bajada campo a través por suelo de piñas y agujas de pinos (amortiguado) pido paso, pues aquí no noto dolor en sesamoideos y vuelo. Un chico cae y me paro para ayudarle. Todo bien. Continuamos.... Voy recorriendo y reviviendo entrenos, los lugares que he conocido, las personas que me iba encontrando en el camino y con las que intercambiaba comentarios ... "caminante no hay camino ... se hace camino al andar" ... Voy pensando en Juan Mudarrra quién corría su segundo GTP pero no le veo. Al no verle a lo largo de la carrera me dio mala espina. Pensé en lo que finalmente ocurrió, que se tuvo que retirar, en este caso por problemas de estómago. Tenían que haber sido, como así fueron, incapacitantes porque Juan no hubiera tomado esa decisión de no encontrarse francamente mal. 

En el puente de El Perdón me junto con dos corredores que llevan camiseta amarilla y ya voy con ellos hasta el avituallamiento de Rascafría. Saludo a María HJ con la que me encontraré a lo largo del recorrido. Este avituallamiento está muy saturado de corredores. Todos queremos que nos atiendan pero somos respetuosos con todos, con los voluntarios y corredores. Hay respeto. Aquí todos somos UNO. Creo que alguna persona no corredora habla de competencia y le digo que aquí todos estamos en el mismo equipo. Así es como yo lo siento.  


Salgo del avituallamiento  y noto el calor y soy consciente de lo que tengo por delante, el temido Reventón. Me cruzo con quién sería a posteriori compañera de fatigas, desde Cotos. Me da paso y voy subiendo, más caminando que corriendo. En silencio. Con calor y en silencio. Siguiendo el sendero a derecha, a izquierda, ... buscando la sombra, agradeciendo la sombra. No hay viento. Sensación opresora de la montaña sobre el corrredor. Tomo un gel con cafeína y creo que no me cae bien. Cuando dejo el bosque y entro en la pista forestal (segundo tramo de la subida) nos cruzamos con guardias forestales y les pregunto que cuantos km hay hasta el Puerto y creo que me dicen que unos 5 km. La pregunta surge porque me lo pregunta un corredor de Valladolid. Hacemos pareja hasta el avituallamiento. La subida la hacemos caminando, vamos encontrándonos con corredores/as del GTP, a algunos se les ve muy tocados y no parece que a alguno le haga gracia que le animemos. Nos cruzamos creo que con la tercera mujer del podio del GTP (confirmar). Va con buen humor. ¡Eso mola! 

Conforme nos acercamos al avituallamiento empiezo a sentirme mal con bajada notable de rendimiento. Es repentino y lo achaco a la mezcla que he hecho de geles, bebida con sales, geles con cafeína, ... el control del chip curiosamente está a la salida del avituallamiento. Esto no tiene mucho sentido pero me doy cuenta cuando salgo. He intentado "parada técnica" pero es imposible. Estoy completamente cerrado. 

Tomo un trozo de barrita del avituallamiento pero no me apetece nada. Me cuesta beber incluso el agua. Por supuesto la bebida isotónica que llevo ni la pruebo a partir de ese momento. Todo lo que sepa a "química" me revuelve el estómago.

Creí que el compañero de Valladolid ya había salido. Sale después o eso me parece y no puedo seguir su ritmo. Paso el control del chip y continúo. Se me va a hacer largo el camino porque desde allí hasta Peñalara hay una buena tirada de subidas y bajadas. Intentaba correr pero era un suplicio. Nuevo compañero de fatigas, en este caso un corredor del TP 60 que iba tocado de la rodillas. Otro corredor con el que fui haciendo la goma. 




Comparto camino con unos corredores que por el acento parecen vascos o navarros y se dirigen a los del TP 60 como "velocistas". Iban hablando de Zegama y del temido "ostiagorri" ...jajaja. 

El resto del recorrido es luchar contra uno mismo, contra esa debilidad provocada por el estómago. Me encuentro con Jorge de TrailXtrem quién también tiene problemas. Me detengo a hablar con él. Me dice que va a ir despacio para ver si recupera. Continúo.

Y así llego a la laguna de los pájaros bastante exhausto. Hace mucho calor y solamente pensar en lo que tengo por delante me supone un nuevo reto. Me paro un rato pero no me siento porque no puedo permitirme más debilidad de la que la llevo. Afronto la subida. Los bastones son un regalo del cielo. Tengo la sensación de que camino más con los bastones que con las piernas y así incluso me aferro a los bastones "Ferrino" para ir superando cada bloque de "Claveles". 

Me voy cruzando con amigos del entreno de Bustarviejo de Madrid Trail, entre ellos Pedro de Paz, Carlos del Rio a quienes veo muy bien (GTP) y Guadarrama Trail quién no corre por lesión y que inmortaliza el momento. Menudo mérito tienen los del GTP con lo que les queda por delante y con un día tan criminal como este.





Se me olvidaba decir que tras pasar el Reventón en algunos puntos soplaba una brisa que rebajaba la sensación de calor. Sobre todo en un collado desde el que se divisa La Granja de San Ildefonso.

En el cruce de claveles se producen esos momentos de humor necesario al ir codo con codo atravesando con sumo cuidado esas moles de piedra. Algún recuerdo especialmente agradable guardo de ese momento, que me quedo para mí.

 ... y  llegamos a Peñalara, control y ... no hay avituallamiento ... no por Dios ... necesito agua fresca ... pues tendrá que ser en Cotos. Habrá que darse prisa para llegar lo antes posible. El dolor de estómago no me abandona en ningún momento.

Me adelanta la chica a la que adelanté en la subida al Reventón. En la bajada de las zetas por intentar contactar con ella y a pesar de ir con cuidado me caigo y no caigo en cualquier sitio sino en donde las piedras eran más grandes. Me quedo tendido de espaldas con la cabeza orientada a la pendiente. El Garmin bien, los bastones bien, no parece que me haya lesionado. Tengo un golpe en el costado, en el antebrazo (tengo un bulto que a día de hoy no se me ha quitado del todo) y en la rodilla izquierda. La chica a la que seguía se para para preguntar si me encuentro bien y necesito ayuda, un chico y una chica que estaban paseando suben para socorrerme, me preguntan si estoy bien y digo que creo que sí. Les doy las gracias y continuo bajando ahora con más cuidado si cabe. Y por fin llego a Cotos. Al avituallamiento. Cansado pero con una sonrisa cuando otra de las amigas del entreno de Madrid Trail se ofrece a ayudarme, a darme agua fresca ... me trata tan bien que no puedo sino agradecer continuamente su ayuda.

A la chica de la bajada, Aran, me la encuentro en el avituallamiento y le doy las gracias. Está con ella su marido. Su marido me ofrece una ensalada de pasta y tomo tres lazos de pasta pero no me entra nada. Desde el reventón no he comido nada y bebo el agua que me han ofrecido. Me preocupa la hidratación y hago por beber incluso bebida isotónica que mezclo con lo que llevo. Creo recordar que cuando llegué al avituallamiento me quedaba muy poca agua.

*** 

Salgo de Cotos y contacto con Aran más adelante en una subida. Le voy "leyendo" el camino que queda por delante y eso según me dice le ayuda mucho. Vamos juntos desde ese momento pero me tengo que parar para beber y descansar y vuelvo a distanciarme de ella. Luego consigo contactar con ella antes de Guarramillas y ya vamos juntos hasta el final.

LLegamos al avituallamiento de Guarramillas, los voluntarios son muy majos y bebo el agua que me permite el estómago. No me entra bien pero debo hacerlo. Bromeo. Hay que disfrutar de esos momentos. Comienza un tramo de carrera para mí desconocido. Un condenado camino de piedras y polvo, con raíces más adelante, que se me clavan en los sesamoideos con todo el dolor de mi alma. Precisamente en esa bajada tuvo una dura caída María José Payno. Parece no tener fin. El trazado tira no tanto de pista como esperaba como de senderos mortificantes para mi maltrecho sistema de amortiguación.

En un punto de ese camino me llega un chorro de aire caliente como si saliera de un aparato de aire acondicionado. Ya solamente queda el bosque y la pista de tierra abierta al sol, dura, descubierta, implacable, tórrida, que deslumbra de calor, sofocante, duele a la vista ...  hacemos parada en una fuente y si no es por Aran pierdo las gafas de sol que llevaba en la gorra. El agua fría es un regalo divino. Hay dos chicos en la fuente y nos dicen que a nosotros el agua nos tiene que saber a gloria y le respondo que no sé como la sentirán ellos pero que efectivamente en nuestro caso así es.

Aran es una corredora como la copa de un pino, con una gran resitencia, además es madre de dos niñas. Ha sido un acierto, y así se lo digo, compartir el camino con ella.

Llegamos por fin a Navacerrada a partir de ahí no conozco el camino a la meta, que se hace eterno. Un vecino nos enchufa agua con una manguera. Me hubiera quedado allí todo el día. El calor era insufrible, no había rincón que no echara llamaradas de calor. No vemos la meta ... pero dónde leches está! ... y ... ya vemos la alfombra azul. Y Aran se para para saludar a su familia y entrar en meta con sus hijas. Lo justo es que entre después de ella y así lo hago.


Sorpresa: Al ver la foto en el lado izquierdo aparece otra campeona, Silvia Trigueros, segunda en el GTP, y el gran corredor-speeker "Depa".
*** 

No se qué me dicen de una medalla y me doy cuenta que es la medalla de la carrera. Me la ponen y le doy las gracias. La alegría empieza a desbordarse. Sandía. Adoro la sandía. Necesito sandía. No sé cuanta sandía como. Sandía y carrera de montaña es una asociación perfecta. Incluso ahora que estoy escribiendo me apetece comer sandía.

(homenaje a la sandía)

Pregunto si puedo ser gorrón repetidor, me dicen que sin problema. Bebo todo lo que puedo. Pido que me echen agua por la cabeza. Me quedo allí. No puedo parar. QUE GRANDES SON LOS VOLUNTARIOS. Saludo al marido de Aran, hablamos. Se despiden. Reconozco a Alma Cupcakes y su novio Lucas, les saludo. Me caen muy bien. Recuerdo haberlos visto en la bajada de La Morcuera a Rascafría cuando dije eso de "Hay señor llévame pronto mi cuerpo pide meta" y eso de que esa bajada me recordaba a la desbandada de búfalos cruzando un río atestado de cocodrilos. Hubo risas. Lo tengo bastante ensayado ... jajaja ... Era el momento, claro.

Llega la pareja de corredores con los que compartí la llegada a Rascafría y me dan la enhorabuena. Yo se la doy igualmente. Uno de ellos ha tenido problemas y llega algo fundido. Todos lo estábamos.

Saludo a un corredor mayor que estuvo corriendo con nosotros durante 20 km (no participaba en la carrera). Se le ve fino fino. Me encanta hablar y no puedo parar, pero no puedo evitarlo me siento FELIZ. Todo ese esfuerzo ha tenido este final. Llamo a mi mujer quien esperaba, como yo, que llegara más tarde. ¿Que habría ocurrido si no hubiera tenido problemas de estómago? ¿Habría hecho mejor marca? Eso ya nunca no podré saberlo y sinceramente tampoco me importa. He sufrido pero he disfrutado del entrenamiento y de la carrera a pesar de los contratiempos. 9 horas 22 minutos.


FELIZ




La alegría habría sido completa de haber podido compartirlo con la entrada en meta de Juan Mudarra y abrazar a mis queridos T-Diesel.