Cuando encadenas
lesiones y le sumas a lo anterior la puñetera gripe, no puedes evitar hacerte
preguntas. ¿Estaré entrenando bien?¿Me estaré pasando de
entrenamiento? ¿Disfruto haciendo lo que hago?¿Merece la pena?
¿Estaré entrando en la obsesión por la marca, por correr más rápido?¿Eso me
hace feliz?¿Me estaré perdiendo otras cosas como el mero placer de sentir mi
cuerpo, de correr sin límites, como cuenta Carles Aguilar? Estas palabras de
Carles me han hecho reflexionar:
Correr es sinónimo de libertad. No corro para
competir, no busco superar marcas ni derrotar a nadie..... No defino mis
entrenos por ritmos ni por tiempos... Si me preguntan: A qué ritmo has hecho
hoy tu rodaje..?? Entonces pienso: Al ritmo que me marca la vida... O me dicen:
En cuanto tiempo has recorrido los 20 km..?? Automaticamente visualizo una
respuesta: En el tiempo suficiente para interiorizar mis pensamientos y
reflexiones..... Mi parámetro fundamental es la distancia.. No necesito correr
más rápido, no necesito ser más veloz.... Sólo pretendo ser capaz de correr más
tiempo, de llegar más lejos.... De asimilar en la distancia mi propia realidad
y sentirme vivo, sentir que formo parte del entorno... Experimentar la
indescriptible sensación de que eres un elemento más integrado en la inmensa
llanura del desierto, en las inmensidad de las montañas o en los caminos
interminables.... Simplemente correr libre de ataduras, exprimiendo la vida en
cada metro que se avanza.....
Leí
recientemente que lo verdaderamente valioso es correr
rápido pero si tenemos en cuenta la interesante reflexión de Carles .. ¿es eso cierto?, ¿lo verdaderamente meritorio es correr más rápido?. Claro que todos queremos ser más rápidos pero ¿lo queremos tanto
como para que resulte una competición sin descanso contra nosotros
mismos? Corro para sentirme vivo.