jueves, 31 de diciembre de 2009
San Silvestre Vallekana 2009
A pesar del frio, el viento y la lluvia, fue una experiencia inolvidable. El video no deja de ser más que una expresión de felicidad en la que bajo unas gafas de bucear felicito el año nuevo .http://www.rtve.es/mediateca/videos/20100101/san-silvestre-se-tine-rosa/659664.shtml. Lo realmente importante de esta edición es que corrí junto a mi hijo Carlos y que mi hijo mayor también corrió si bien con unos amigos del Colegio. Era su primera carrera. Los dos disfrutaron. Volvimos a cada ateridos de frio pero con una amplia sonrisa por haber compartido un momento único en nuestras vidas. Espero que podamos correr toda la familia para la edición de 2010.
domingo, 8 de noviembre de 2009
45 BEHOBIA - SAN SEBASTIAN - 8 NOVIEMBRE 2009
AGRADECIMIENTO de la Organización
Queremos felicitar a todas las personas que han hecho posible que esta 45 Behobia-San Sebastián haya sido una edición memorable, una carrera que se recordará por su dureza y su dificultad durante mucho tiempo. Felicidades a los 14.944 atletas que tomaron la salida, muchos bajo un auténtico diluvio; al millar de voluntarios/as que han trabajado con una entrega admirable en unas condiciones muy complicadas por el frío, por el viento y la lluvia, y a los miles de espectadores que, en una mañana solo apta para quedarse en casa, acudieron refugiados bajo capas, chubasqueros y paraguas, fieles a su cita con los miles de atletas, justo en el año en que más necesitaban los corredores ese aliento. Admirables.
Pedimos disculpas por las deficiencias que se hayan podido notar. También para nosotros el trabajo de este año ha sido muy duro y siempre habrá cosas que mejorar.
Ha sido la Behobia más difícil en los treinta y un años de su época moderna, pero entre todos y todas hemos hecho de ella una de las ediciones grandes.
Comentarios de la revista runners
GANAN RAFA IGLESIAS Y Mª JOSÉ PUEYO
La Behobia-San Sebastián, épica
El campeón de España de maratón, Rafael Iglesias se ha impuesto en la famosa Behobia-San Sebastián marcada por el mal tiempo. La aragonesa María José Pueyo lo ha hecho en categoría femenina.
El atleta salmantino, tutelado por Juan Carlos Granado (entrenador de la gran Mayte Martínez) impidió al madrileño Chema Martínez revalidar su título, que habría supuesto un repóker. La prueba estuvo marcada por el mal tiempo: viento, lluvia y hasta granizo. Martín Fiz llegó 6º, y 2º veterano (el 1º fue el ganador absoluto). Otro campéon del mundo de maratón, Abel Antón se tuvo que conformar con 1:17:56.
En categoría femenina se impuso la maratoniana aragonesa María José Pueyo, por delante de Tamara Sanfabio y Ana Casares, vencedora en 2008. Los 2 ganadores disputarán el maratón en la misma ciudad a final de mes.
Para comprobar lo difícil que se puso la climatología, bastan estos datos: de los 18.444 inscritos (2.800 mujeres), sólo tomaron la salida 14.990 (19% de retirados antes de salir) y llegaron a meta 14.918 (2.043 mujeres, el 13,7 %). En la meta no hubo cronómetro ni pancartas de los patrocinadores, y la entrega de premios se trasladó al Casino.
La crónica (Primera parte)
Cómo poder obviar la tensión que se notaba en los días, día e instantes previos a la carrera. La organización ya había comunicado la existencia de temporal para el domingo y viendo la situación en vivo y en directo, lluvia, viento, nubes, todo un mosaico de malos augurios, no parecía que el tiempo pudiera mejorar ¿Por qué no nos habremos quedado en casa? Sería la frase que muchos de nosotros, si no todos, consciente o inconscientemente nos repetiríamos o salía de nuestros corazones como si de una profunda y susurrante letanía se tratase. ¿Quién puede querer correr una carrera en esas condiciones por mucho que te guste lo extremo? Me atrevería a decir que nadie que esté en su verdadero juicio. Aún así allí estuvimos más de trescientos valientes, mujeres, hombres y niños. Muchos de los que se inscribieron posiblemente no se decidieron finalmente a disputar la carrera por miedo a su integridad física, otros desde un punto de vista práctico porque valoraron que tanto esfuerzo no merecía la pena dada la climatología, otros … que se yo pues porque simplemente no quisieron. Todas esas decisiones son respetables.
Pero también hubo otras personas que se situaron al nivel de esos más de 300 valientes: los organizadores, los voluntarios y el público. Voluntarios y público sin los cuales nada sería lo mismo. Ellos tuvieron la posibilidad de quedarse en sus casas pero no lo hicieron, quisieron compartir su suerte con la nuestra. PARA ELLOS MI ESPECIAL AGRADECIMIENTO.
Y COMO NO, MI ESPECIAL AGRADECIMIENTO A RAFI, LORENA Y ALICIA QUE AL IGUAL QUE NOSOTROS ESTUVIERON BAJO ESE MISMO CIELO PARA DARNOS ESAS PALABRAS DE ÁNIMO Y RECONOCIMIENTO ANTES DE ATRAVESAR LA LÍNEA DE META.
La mañana de la carrera
Comienza a las 6,30 cuando me levanto y me preparo cual guerrero para la batalla; prácticamente todo, desde la noche anterior, había sido minuciosamente planificado. Comienzo a desayunar a las 7,30 entre otros corredores y corredoras del hotel Amara Plaza, yo debía ser el que estaba más nervioso porque fui el primero en salir del comedor. En los pasillos me encontré a unos corredores de León. También para ellos era su primera vez y también estaban preocupados por el tiempo. Comentamos el fuerte viento que había hecho por la noche y que seguía haciendo. Ambos teníamos la habitación en el noveno piso.
Salí del hotel algo más tarde de las ocho rumbo a la estación de Renfe en la que habíamos quedado a las 8,30 todos los turbit@s, Trebo, Crack, Mabelman, Curroslow, Roger, Vallekano e Iván. Antes de llegar me cayó la primera manta de agua que, de no haber sido por el chubasquero que nos dió Dani a todos y cada uno de nosotros (muchas gracias Dani por tu generoso gesto) me hubiera calado . En el rio Urumea había gente practicando surf justo detrás del bello puente (zubia, en euskera) de María Cristina, uno de ellos era una chica, me parecieron unos valientes sin duda con mucho “oficio”.
Llego a la cita con los turbit@s que ya habían llegado a la estación y les encuentro departiendo con un corredor de Ávila 73 años quien orgulloso estaba contando sus experiencias maratonianas. Nos mostró la camiseta que iba a lucir en la carrera y la que llevo al maratón de Nueva York, a cual más pintoresca, con la fotografía de las murallas de Ávila y los colores de la bandera española. Era evidente que se sentía orgulloso de llevarla. Foto de rigor auspiciada por maese Crack.
Accedimos al andén número 2 y a las 8,50 hacía entrada en la estación el tren de cercanías. Había bastante gente en el tren pero no en exceso como para resultar agobiante. En la estación de Gros entró más gente pero eso tampoco hizo que el viaje fuera incómodo. No tardamos mucho (serían las 9,13; hora prevista de llegada a la estación), pues no hubo más paradas antes de llegar a Irún población cercana (3,3 km aproximadamente) a Behobia. Los autobuses que nos llevarían cerca de la salida, varios en fila india, nos esperaban justo a la salida de la estación.
Hasta llegar a la salida había un tramo de unos dos kilómetros.
Nada más salir de los autobuses ya se podía respirar ambiente de carrera, las calles por las que luego pasaríamos estaban abarrotadas de corredores y de gente de la organización. Descendíamos por el recorrido que luego sería de subida y en el que nos sorprendería la lluvia y el granizo. Antes de llegar a la salida nos sorprende un fuerte aguacero con viento pero que por suerte dura poco.
Tras reencontrarnos todos de nuevo en la gasolinera nos vamos a buscar un sitio en el que cambiarnos y vemos a un corredor que se está cambiando al abrigo de una casa abandonada. Iván le advierte que nosotros nos vamos a cambiar pero que no buscamos otra cosa, jajaja. Hay muy buen ambiente. La música suena y eso al menos a mi me infunde ánimo y aleja los malos pensamientos.
Nos cambiamos y tras dejar las bolsas en los camiones de la organización (la organización nos dio junto con el dorsal una etiqueta impresa con nuestro número de dorsal y color de cajón para colocar en nuestras bolsas) nos vamos a calentar un poco. Dani y Vallekano son partidarios de calentar con la carrera y ya no les volvemos a ver hasta el final. Salimos a calentar Iván, Roger, Crack y yo. Tras dar unas vueltas Crack se separa para atender unos asuntos propios y tampoco le volvemos a ver hasta el final. Iván, Roger y un servidor continuamos calentando al lado del rio Bidasoa, que hace fontera con Francia (Hendaya). Poco más tarde Roger se encuentra a un amigo que está grabando un video y nos hace una entrevista a los tres. Al regresar nos encontramos a Chema Martínez al que abordan para entrevistar. Le saludamos y nos vamos hacia la zona de salida pero antes volvemos a calentar alrededor de una pista de cemento al son de la música de los Black eyed peas (I gotta feeling). Poco rato después nos colocamos en nuestro cajón. Suena el himno de “La Real Sociedad” y nos infunde ánimos. Son las 11,04 y nos toca el turno de salida a nosotros, los del cajón rojo. Hay personas asomadas a las ventanas y balcones que nos saludan y vitorean. La aventura va a comenzar.
La carrera
Cómo poder describir el momento previo a una carrera ... Suena un disparo con un sonido amortiguado, parecido al que hace una bombilla cuando se rompe y libera el vacio. Vamos iniciando un movimiento acompasado, cada vez más rápido, tocamos la espalda del que va delante y el que va detrás toca la nuestra. Se tocan los codos, ... nos vamos abriendo espacio y ganamos velocidad, ... el pitido del chip suena por dos veces. Salimos juntos Ivan, Roger y yo.
Yo no estoy seguro de poder seguir el mismo ritmo como así les había dicho. Roger e Invision van en paralelo. Yo me sitúo justo un paso por detrás. Salimos muy rápido. A tan solo 0,49 km voy a 4,08 min por km. En el km 1,29 vamos a 4,00 minutos por km. Creo recordar que Roger comenta que vamos muy rápido. En el comienzo de la carrera me siento muy bien y pretendo continuar rápido. Iván va muy fuerte y es evidente que no podemos seguirle. El no quiere dejarnos pero es justo que haga su carrera. Le vemos perderse entre los corredores.
La veteranía es un grado y hago caso a la experiencia de Roger de reservar para más adelante. Es difícil no contagiarse por la velocidad de la carrera.
No sé si es en ese momento pero nos cae un aguacero terrible. Aprieto los dientes y me protejo del agua con la visera. La lluvia cae con rabia. El momento más temible hacía acto de presencia. Íbamos a comenzar la carrera ya empapados. Nos acordamos de nuestros amigos que aún no habrían comenzado la carrera a los que les estaría cayendo parados toda la lluvia. Ojalá que todavía lleven los chubasqueros pues si terrible es mojarse en carrera mucho peor es mojarse en frio.
La suerte está echada, ahora toca luchar. Ese pensamiento de resignación me viene a la mente, en algún momento fijando la vista en las montañas se cruza por mi cabeza los km que quedan por delante, pero pensar de esa manera no es práctico. La voz de Roger me hace volver a la realidad del momento. Me dice que si tenemos que correr en esas condiciones al menos disfrutemos de la carrera. Esa idea me reconfortaría a lo largo del recorrido.
Ya veía a Roger más fino que yo y conforme vamos corriendo noto que me va a costar seguir su ritmo a un coste posiblemente demasiado alto considerando que no conozco lo que se me viene encima y en las condiciones en las que tenemos que correr.
Es todo un espectáculo ver cómo nos anima la gente. En una situación normal debe ser impresionante, ya lo es en pleno diluvio.
En algún momento para de llover pero curiosamente llevar la cabeza protegida me hace sentirme bien. Estamos calados. Noto el pie chapotear dentro de la zapatilla pero curiosamente no me siento mal. Tampoco puedo evitar acordarme del percance de Pequis en Torrevieja cuando tuvo que correr toda la carrera en plena lluva para acabar finalmente con molestias al quedarse fria.
Nos vamos adentrando en la Avenida Navarra de Irún. El recorrido es de todo menos llano. Hay subidas que hacen daño hasta Ventas de Irún. Este recorrido es urbano. En algún momento le digo a Roger que voy algo forzado para mantener su ritmo y me extiende su mano izquierda con un gesto testimonial de ánimo y entrega de relevo. Notaba que Roger no quería dejarme pero era justo que hiciera su carrera. Me hubiera gustado correr junto a él pero no estaba tan fuerte.
A partir de ese momento emprendo la carrera en solitario aunque no deja de ser un eufemismo pues voy bien acompañado. La carrera es muy numerosa y hay mucho nivel. También es la carrera en la que más codazos me han dado y en la que precisamente no ha habido mucha elegancia a la hora de pedir paso o dejar pasar. Pero no hay que olvidar que esto es una carrera y que a veces el espacio para pasar es tan mínimo que es imposible no tocarse.
Emprendemos la subida al alto de Gaintxurizketa y también me viene a la memoria la serpiente multicolor en lontananza de la Vallekana o la rompecorazones. Es un regalo para la vista. Es una cuesta dura pero el ánimo del público y el no sentirte solo la hacen muy llevadera. A lo largo de la autovía hay caserios y sus habitantes salen a jalearnos. La frase que más se repite es ¡Aupa (upa) Neska!
Al coronar el puerto alguien (hombre de mediana edad) me dice algo en vasco que no entiendo pero que su acompañante me confirma que no ha sido un piropo pues le dice "...qué cabrón eres". Yo no puedo evitar repetir en mi mente lo que decíamos de pequeños ..."tu padre por si acaso". Pero yo voy a lo mío.
Tras coronar el puerto viene una bajada y se suceden continuos toboganes que son verdaderos rompepiernas pues en algunas de las bajadas hay que hacer esfuerzo por frenar. En el km 8,30 iba a 3,58 min por km.
Atravieso una de las zonas más bonitas del recorrido, prados verdes, lomas y caseríos. Se suceden los codazos. Es inevitable en las bajadas. Intento tener ganada la posición situándome cerca del borde de la carretera, así si me tocan lo hacen por un único lado.
Entramos en Lezo en una bajada a tumba abierta con los avituallamientos a la derecha. Practicamente no bebo agua, pues en el primer avituallamiento casi me ahogo (hay que recordar que en lugar de botellas hay vasos y no estoy entrenado). La gente va tan rápido que o te situas con tiempo en el margen derecho o te pasas de largo si no quieres provocar alguna caída. Km 11,87 voy a 3,48 min por km.
Entramos en el Puerto de Pasajes tras una ligera bajada. En el km 12 nos vuelve a caer un aguacero con fuerte viento de cara. El paisaje es industrial aunque bonito sin embargo todo lo veo gris. El cielo, el suelo, los railes que se cruzan sin aparente orden ni concierto, ... noto el suelo muy duro. Me pesan las piernas. Se me ha cargado en exceso el isquio derecho que era con el que había llegado tocado a la carrera. Intento colocarme en un grupo para protegerme del frio pero no puedo porque van algo adelantados y me siento cansado. Intento protegerme con una valla metálica pero puedo provocar alguna caida si hago algún movimiento extraño. Resignación.
Música que advierte del final de ese desierto llano de suelo gris y maquinaria portuaria. Salimos del puerto y entramos en el barrio de Trintxerpe. Mucha gente animando. Hay un pequeño grupo de músicos tocando el txistu y el tamboril. Me parece ver que la mayoría son niños de corta edad. Les agradezco con un saludo el regalo que nos hacen. Me infunde nuevos ánimos. Comienza la corta pero dura subida al Alto de Miracruz. La animación es inmensa.
Espero que alguien me llame por mi nombre pero nadie lo hace para compensarlo choco las manos que tienden los niños y eso me compensa más que de sobra.
Supero la cuesta con más oficio que fuerza. No quiero forzar. Subo bien. Las enseñanzas de Nachosan calaron en mi.
Ya estamos enel km 18, en el tramo final de bajada hacia el barrio de Gros. Alcanzo al globo de la hora y treinta minutos, le adelanto, me adelanta. Hay un grupo de chicas de la cruz roja y soy yo las que las jaleo las llamo y les digo que a ver esas chicas de la Cruz Roja que no se las oye ... el estallido de ánimos que me dirigen es impresionante. Muchas gracias chicas.
Enfilo la recta hasta el final, solo que no sé muy bien donde estoy, hacia la playa de la Zurriola por la Avenida de Navarra. A partir de ahí se forma un pasillo inmenso de espectadores ya continuo hasta la meta.
Me cruzo para chocar la mano de un niño pero con esa maniobra casi se choca conmigo un corredor que venía lanzado por detrás. El empujón que me da el corredor es fuerte y poco elegante, el niño se queda sin saludo y me doy cuenta de mi error. Pido disculpas pero nadie me contesta.
Se nota que el final se acerca porque algunos aprietan el paso. yo intento no perder de vista al globo de la hora y treinta minutos que va a unos tres o cuatro pasos por delante.
Me fijo que no hay arcos hinchables y no puedo evitar sonreir. El día anterior todos y cada uno de los turbit@s veteranos de esta carrera me alertaron de que me iba a encontrar una serie de arcos antes de llegar a la meta y que no los confundiera con la meta pues suele ser habitual para los novatos confundirlos y quemarse antes de cruzar la verdadera meta.
Ni arcos hinchables ni meta. Veo una estructura metálica al lado del Ayuntamiento pero no sé si será la meta. Voy pendiente de ver a Alicia. Busco su paraguas pero de repente veo su brazo derecho extendido, toco su mano y la sonrío además de decirle algo en voz en grito.
Con el deber cumplido cruzo la meta con una satisfacción enorme por haber sido capaz de enfrentarme a este nuevo reto.
¡FUERZA Y HONOR!
domingo, 22 de febrero de 2009
Maratón de Sevilla 2009 - 22 de febrero de 2009
CPM …. ROGER … UN MARATÓN DE EQUIPO
Ayer llegamos Alicia y yo tarde a casa y con lo poco que he dormido esta semana aunque encendí el ordenador estaba muy cansado y no pude escribir nada.
Pero no se como expresarlo para que con breves palabras pueda daros una idea de lo que ha significado este maratón para mi y para el equipo. Cada vez que recuerdo la entrada en el estadio, los gritos de Alicia y Pequis animándonos, el de la buena gente de Sevilla, la grandeza de ese estadio y las alas que te da...no puedo dejar de emocionarme. Pero sobre todo de lo que más orgulloso me siento es de haber ido con mi compañero Roger ayudándonos mutuamente para llegar a la meta. Lo pasamos en momentos mal pero nos ayudamos mucho. No se cuantas veces nos agarramos la mano, nos dimos palabras de aliento, cuando notábamos que el otro o los dos lo necesitábamos. Y entrar saludando al estadio con una sonrisa de oreja a oreja, felices, gritando, la gente aplaudiendo, felices... jamás podré olvidarlo. Fue el maratón de la amistad y del equipo. Roger y yo hicimos equipo. Compañerismo en estado puro. ¡Qué alegría!
Mi dorsal era el 225, el 2 por mi segundo maratón, el 25 por el 25 Maratón Ciudad de Sevilla...
Y por supuesto un baño de alegría y subidón, recibir vuestras llamadas de ánimo y de felicitaciones. Fuimos citando los km que os dedicamos, el de Neni, el de Scorpio, ...
GRACIAS COMPAÑEROS. FUE DURO PERO ESTOY MUY MUY SATISFECHO Y AUNQUE OS PAREZCA MENTIRA ESTOY PENSANDO EN EL SIGUIENTE. Por cierto la expedición fue GRANDE MUY GRANDE. Qué compañeros más geniales.
Me pongo con la crónica ahora. Espero ponerla esta noche. Será difícil por lo que han dicho Roger y Crack. Son muchas emociones, muchas imágenes, muchas sensaciones... y recoger todo eso en una humilde crónica es tarea imposible porque sin duda la realidad supera a lo escrito con creces.
Son muchos pensamientos, muchas esperanzas puestas en un día y una hora. Es mucho trabajo y dedicación, pero cuando algo te gusta no resulta tan difícil a pesar del viento, del frio, de esas mañanas, tardes o noches en las que apetece estar en casa arropado o disfrutando de un café con los tuyos en lugar de salir a entrenar.
A veces se renuncia a cosas por un objetivo, pero son renuncias momentáneas. Son pequeñas escaramuzas con el tiempo, con la familia, contigo mismo pues no siempre se disfruta del equilibrio necesario para hacerlo todo fácil.
Pero todo eso al final se reduce a un momento a un largo momento de esfuerzo y esperanza, de ilusión por hacer que todo eso por lo que has luchado, por todo aquello por lo que con gusto has renunciado se materialice y cuando la realidad te sorprende por encima de lo que habías pensado la alegría es infinita.
Allí estaban todos esos pensamientos, estaban los vuestros, os echamos de menos aunque os encargasteis de animarnos con vuestras llamadas y mensajes y estuvisteis muy presentes en todo momento. Los kilómetros llevaban vuestros nombres. Y los pensamientos pasaban por cada uno de vosotros. Por todos. Por los que estáis saliendo de las lesiones, por los que estáis con la idea de correr vuestro primer maratón... verdad Pirata?
Pero de verdad que cada vez que pienso en el maratón de ayer me emociono. Por toda esa carga de pensamientos, de nuestra historia, de equipo. Nos sentimos equipo. Me sentí equipo.
Convivir con estas experiencias únicas nos acercan.
Y... te das cuenta que los momentos son irrepetibles, son únicos, las emociones son únicas. La experiencia del MAPOMA fue única. Pero la experiencia de SEVILLA tuvo un color especial, como dice la canción.
LA CRÓNICA (Es un gran honor ser el cronista de esta carrera)
Algunas reflexiones previas
Yo creo que a estas alturas todos sabemos que las carreras comienzan mucho antes de empezarlas a correr.
Todos sabemos lo que suponen y cada uno llega a la salida con su haber, con sus circunstancias, con sus fuerzas y por qué no decirlo con sus miedos. Yo llegaba con fuerzas, con más responsabilidad que en mi primer maratón o al menos con unas responsabilidades diferentes, pero también con miedo a fallar. Por eso cuando Pequis me preguntó por mi objetivo, la primera vez le contesté que era bajar de 4 horas aunque enseguida tuve que reconocer que mi objetivo prudente era uno y el deseado otro. Y resultó que el deseado fue el que cumplí. Un maratón es una distancia respetable y a lo largo de esos 42 kilómetros y 195 metros sucede de todo. Piensas en todo. Lo que en un momento te parece ser de una manera sin saber cómo se torna diferente y tienes que volver a pensar como afrontarlo. Nunca me cansaré de decir que ningún maratón es igual a otro. Ni realmente ningún maratón es más difícil que otro porque a cada uno llegamos de una manera diferente y cuando estás en carrera tienes por delante 42,195 km que recorrer.
Cada maratón presenta ante ti su reto y debemos adaptarnos al que nos toca en suerte. El día anterior, el sábado, se respiraba cierto nerviosismo contenido, todos nos preguntábamos cómo íbamos a ir vestidos, por la estrategia de carrera,... por el tiempo que esperábamos hacer. Yo el sábado por la mañana había salido a correr 30´, me tocaba. Y mi pierna izquierda no andaba muy fina. En general me notaba fuerte pero la pierna... tenía miedo de que me jugara una mala pasada.
El día anterior (Sábado 21)
Los primeros en llegar a la feria del corredor fuimos Alicia y yo. Fueron apareciendo Trebo y Luis y después Pequis, Roger, Crack, Marieta y Absenta. Para mi era este maratón suponía toda una experiencia pues era la primera vez que hacía noche en una ciudad diferente a la mía para disputar una carrera.
Chip y bolsa del corredor se recogen en cada lado del pabellón E (Este - Estadio Olímpico), primero el chip y luego la bolsa del corredor (calcetines, pantalón y camiseta de tirantes de Joma - uno de los patrocinadores de la carrera es Joma -). Estaba en la cola del Chip cuando recibí la llamada de Pirata interesándose por nosotros, por el maratón… me da que es un maratoniano en ciernes.
La feria del corredor no es muy grande, corricolari, ironman, joma, MAPOMA, MARASEVI, una carrera de ultramaratón, el maratón de Ampurias, turismo de Sevilla, Certificado del maratón, Joma (en el stand estaba Juan Carlos de la Ossa con quién al final nos hicimos una foto de grupo), Saucony, Pruebas del corazón y no se si alguno más.
Ya con los dorsales y bolsas nos marchamos a la pasta party que se celebraba en uno de los pabellones de la isla mágica. Todo muy bien organizado. Amenizados con música en directo. Allí conocimos y nos hicimos una foto con un veterano que había corrido nada más y nada menos que 84 maratones. Cuando salíamos de comer entraban Luarqués y María Jesús.
Quedamos para cenar juntos (pasta por supuesto) en un restaurante “Il fiorno” próximo al hotel Corregidor y antes de cenar Pequis fue obteniendo de cada uno el vaticinio para la carrera bajo penalización de invitar a cañas si se desviaba en más de 5 minutos de lo previsto. (Este espacio se lo dejo a Pequis). Me da que algunos tenemos deudas pendientes.
Terminamos tarde de cenar. Esa noche como todas las de esa semana concilié mal el sueño despertándome varias veces.
El día de la Carrera
La noche anterior me había copiado en la palma de la mano izquierda con pilot negro los tiempos de paso y pulsaciones. Me habían recomendado tras prueba de lactato ir a un ritmo de 5,10 para, a partir del km 35 según me viera tirar.
Dejé todo preparado para el día siguiente, mi maleta, mi mochila mi cambio de ropa... tan preparado iba que me di cuenta que no me había llevado ni pantalón de chándal ni forro polar, eso sí, menuda gama de camisetas, primera piel, calcetines, gorras,... Así es que cuando después de una noche de mal dormir me desperté a las 5,45 h, me metí en la ducha, comprobé que mi chuleta no se borraba y empecé a vestirme cual guerrero antes de la batalla.
Me despedí de Alicia, comprobé que todo lo dejaba en orden y me bajé con mi impedimenta hacia la recepción del hotel. Tras dejar mis bolsas en recepción me fui a desayunar. Para la ocasión el hotel abría el restaurante a las 6,30 horas. Desayune poco pero variado. No me entraba mucho nada. Me apetecía comer jamón serrano pero no sabía si debía. A tal estado llegaba mi acongoje. Habéis reparado que cuando uno está fuera de casa si quiere desayunar variado no todos los sitios pueden ofrecerte una oferta con miel, muesli, fruta, zumos,.... menos mal que el hotel si lo tenía (lo digo porque variar precisamente el último día puede poner algo nervioso).
Había en el restaurante pocos corredores, aunque poco a poco fueron bajando algunos más. Salí del hotel. Era de noche y había un taxi. Aunque podía estar a unos 25 minutos andando del hotel el estadio preferí coger un taxi. Hacía frio y era de noche.
Llegué a eso de las 7,30 al estadio y de noche y no se veía a casi nadie. Algunos corredores errantes que buscaban la entrada. No siempre seguir a alguien que está más lejos sirve de algo. Acabé preguntando pero me sirvió de casi poco pero me orientó. Se entraba por la puerta norte. La misión por tanto era encontrar la puerta norte. Cosa que no era fácil. A lo tonto a lo tonto nos fuimos juntando una procesión de corredores. En algunos reconocí a comensales del hotel y lo mismo ninguno tenía ni idea. Casi nos damos la vuelta al estadio. Fue divertido porque uno iba amenizando el paseo con música del fari que para la ocasión venía que ni pintada. Por supuesto era la del torito bravo. ¿Señales TDT de nuestro torito?
Al final averiguamos que para entrar había que salir primero. Sí, salir del recinto para entrar por un túnel y por fin esa era la entrada pero no pudimos entrar hasta que no fueran exactamente, ni un minuto más ni un minuto menos las 7,45h. Alguien dijo...”ya podéis pasar" y pasamos. Lo primero que nos encontramos fue un túnel muy amplio por el que corría una corriente que no era precisamente caliente. A la derecha lo que después sería una barra de bebidas. Justo enfrente y en línea 4 casetas de urinarios. A continuación el guardarropa distribuido por dorsales y con separaciones de vallas metálicas. A continuación espacios con lámparas de calor como las que ponen en las terrazas en invierno. Allí ya había gente cambiándose pero hacía frio. A la mitad del túnel y a la izquierda, en el centro una entrada a la zona de entrenamiento (pista de tartán) que daba acceso al estadio (pero por ahí no podíamos pasar) y en cada extremo de la pista accesos a vestuarios, baños y duchas. En esta zona se estaba calentito y poco a poco se fue llenando de gente. Allí estaba Abel Antón, y todos los demás. Tras salir de la zona de vestuarios y ponerme el plástico que Corricolari (gracias Javier) me encontré en la puerta de acceso a esta zona a Roger, Marieta y Absenta (creo). Quedamos en vernos cuando salieran del vestuario pero les perdí y tras esperar un ratín y visitar nuevamente el baño, pues me fui a la pista a calentar. Allí estaban ya calentando nuestros corredores africanos con esa pinta que tienen de no tener rival y otros con pinta de triatletas. Luego la combinación se hizo más popular. El animador un señor con bigote Andaluz seguro y supongo que Sevillano amenizaba la mañana preguntando a todo el mundo por su lugar de procedencia con esa gracia que solamente aquel que es gracioso y andaluz sabe hacer como nadie. Y tu de dónde vieneh ... de mohcú vaya telaaaaaa.... y tu de donde vieneh ... de Ëcija ozú que arte ... y tu ... de Pinto ... hombre mu bien ... y tu ... de Pohtugall ... ea ... y tu ... hasta que pasé por allí y sin tener la gracia y aplomo de Juanjo atleta 7 dije ... de Madrid ... pero claro lo dije tan soso que dijo mu bien ... Estuvo divertido jejeje.
Tras recorrer no se cuantas veces la curva de la pista y parte de la recta de la llegada, y tras la última visita a los baños que estaban en el exterior (no se de donde podía salir tanta agua), me crucé con los Albertos y les di un abrazo, eran runedor y otro que no recuerdo el nombre pero que tiene los pelos largos... se les veía también nerviosos. Quién no.
Luego me encontré con Trebo y estuvimos calentando juntos. Al poco rato nos cruzamos con Crack y Roger que empezaron a calentar y ya no les vi en la salida.
Se acercaba la hora. Nos acercamos lo máximo posible a la zona de salida. Desde la pista el estadio se veía sobrecogedor. Había amanecido o estaba en ello, sinceramente no lo recuerdo, pero no era de noche, jejeje.
En esto que veo claramente al señor de la pistola con la pistola en mano parece que va a disparar pero no, es un amago, vuelva a subir la pistola y Trebo y yo nos deseamos suerte. No veo a los demás. Mentalmente les deseo suerte. Trebo y yo en esta ocasión no iremos juntos la mitad del maratón como en MAPOMA.
Salimos ... nos vamos moviendo nos vamos dando toques con las manos en las espaldas del que tenemos enfrente para dejarnos sitio y no pisarnos, la cabeza de la carrera se alarga, la emoción se desborda y salimos en tropel, no siento sino emoción y ganas de correr. Ya ha llegado el momento. Siento el estadio encima. Nos dirigimos hacia el túnel de salida y allí como en la San Silvestre lanzamos gritos de uh uh ei ei. La salida es en pendiente y está oscuro, dura poco y salimos a la luz. Soy consciente de que he perdido a Trebo.
Sigo al globo de los 3:30, eso implica no ir al ritmo que me habían indicado pero me veo fuerte o he perdido el juicio. Se suceden los metros de asfalto que discurren por la isla de la cartuja. Algunos escenarios ya me resultan familiares porque los recorrimos ayer. Todavía es pronto para pensar en algo que no sea seguir avanzando......
Si hay una característica que defina el maratón de Sevilla son las grandes avenidas que se hacen a veces eternas más eternas cuanto más cansado te encuentras. Que bueno Roger me iba diciendo para animarme...”venga que ya hemos alcanzado el punto más alto, ahora es todo bajada”... (gracias Roger)
Pues bien, si os fijáis en el recorrido la Avenida Carlos III, todavía en la Isla de la Cartuja es larga larga pero se hacía amena viendo además correr a los corredores discapacitados en sus sillas de ruedas aerodinámicas. Es impresionante lo rápido que iban con la única tracción de los brazos. Unos cracks con permiso de Crackrunner.
Como la avenida es de ida y vuelta en cuanto al recorrido del Maratón, vemos a los primeros de cabeza que por supuesto uno es africano y de los dos siguientes uno blanco que resultó ser español.
Al llegar al final de la avenida para coger rumbo norte veo pasar por mi izquierda como una exhalación a Crack con su inconfundible gorra naranja. No le digo nada para no despistarle. Sigo avanzando y me veo bien. En la calle Marie Curie empiezan las anécdotas, a un corredor mayor que yo le da un tirón y tiene que pararse. Pero antes de eso veo a Luis que me anima. Le veo en dos ocasiones y siempre me sorprende muy gratamente glucógeno para el cerebro. Muchas gracias Luis!
Giramos en dirección al parque del Alamillo un parque anexo al estadio que está my bien para correr. Ese será uno de los puntos de nuestra gesta particular, la de Roger y un servidor. Cruzo el puente de la Barqueta sin pena ni gloria, estamos en el Km10. Sigo al globo de 3,30 y voy cogiendo dos referentes, un grupo de corredores que nos vamos dando paso y el globo.
Pero es a la altura del km 15 cuando Roger me saluda. Llega por mi izquierda y me pregunta que qué tal voy, le respondo que bien. Estamos en la Carretera de Carmona. Empiezo y a hablar y me dice con buen criterio que reservemos fuerzas para más adelante pues como así fue las íbamos a necesitar. Hay bastante gente en la calle animando. Primer avituallamiento, también en 5,10, 20,25, 30,35 y 40 además de en 7.5., 12.5, 17.5, 22.5, 27.5, 32.5 y 37.5 en los que hay agua y esponjas, a la sazón de color rosa.
Seguimos un buen ritmo y nos comprometemos a seguir al globo de los 3,30. Se va formando un grupito alrededor del globo al que seguiremos a una distancia prudencial para ir más cómodos. Hay un equipo de corredores Vitorianos a quienes también tomamos como referencia pues van en nuestra línea. La compañía de la organización que va en bicicleta es continua. Ofrecen agua, naranjas, se les oye hacer comentarios divertidos y eso anima.
Entramos en la calle Recaredo y pasamos por delante del célebre restaurante Becerrita famoso por su Solomillo al RF (algún día os contaré su historia). Enlazamos con la Avenida Menéndez Pelayo por poco tiempo porque enseguida el recorrido hace un giro en dirección norte (nos apartamos del centro de la ciudad) por la calle "La Florida" que si no recuerdo mal de flores poco. Nos pasan unas chicas con patines en línea.
Pasamos por delante del resto de un viaducto dejando más adelante la estación de Santa Justa a nuestra izquierda para enfilar la primera avenida revienta cocos, la avenida Kansas que te cansas City. A lo largo del recorrido hay un punto de control (si mal no recuerdo) y lo malo es que en estos puntos el recorrido se estrecha y nos reducen el ritmo, creo que es a la altura del km 18,09 (Chinin dixit) pues pasamos de 4,42 a 5,18.
Roger y yo nos vamos animando, nos vamos dando la mano y nos transmitimos fuerza. ¡Vamos que podemos! Llegamos al km20 y me tomo mi Power Gel cogemos agua. Funcionamos como un equipo, o bien le cojo agua a Roger o me la coge a mi. Este es un gesto que repetimos y que agradecemos. La conciencia de equipo se va cimentando sobre el esfuerzo y comienza la gesta....
Los TDTs miran siempre al frente sufren pero saben cual es su oficio... correr, compromiso .... y con letras de oro en el cielo de los corredores quedan grabadas para siempre las palabras amistad y compañerismo.
Las calles se suceden y nos deslizamos por ellas, el sol está en lo alto, pasamos el kilómetro de Neni y así lo recuerda Roger. Entramos en una de las zonas más apartadas del recorrido. Entre polígonos (el de Santa Clara de Cuba). Me recuerda un poco a Getafe a la rotonda de la P.
Es una zona en la que nos da el sol de frente. En la Avenida Montes Sierra pasamos el 1/2 Maratón. No perdemos de vista al globo y vamos pensando en nuestras pomponeras de lujo Pequis y Alicia. Las necesitamos. Roger me dice que estamos en lo más alto del recorrido que ahora es todo bajada que tenemos un ligero repecho pero que podemos. Tengo la sensación de que vamos cual cuadrigas perfectamente sincronizados en el paso. Es cierto que el recorrido se eleva un poco pero podemos... WE CAN.
También pasamos por el Km de Scorpio así como los de todos los demás.
Roger me dice que en nada vemos a nuestras chicas que nos esperan en el km25.
Cuando llegamos al Km 25 vemos a Pequis que viene a saludarnos y corre un rato con nosotros, va de Rosa, y nos da una inmensa alegría. Que importante son estas ayudas. No tienen precio. Nos dice que Alicia está cerca y de repente la veo. La veo con una sonrisa de oreja a oreja gritando, levantando los brazos y animándonos. Chocamos las manos. Gritamos de alegría. Que subidón.
Ya tenemos gasolina para rato. Pasamos por delante del Estadio del Sevilla y enfilamos en dirección al campo del Betis. Como no puede ser de otra manera también había aficionados del Betis entre los corredores y jalean a su equipo al paso de su estadio.
Entramos en la segunda sucesión de avenidas come cocos, la de La Palmera y el Paseo de las Delicias. Hace calor y se empieza a notar.
Recuerdo las palabras de mi entrenador "Es tontería ser extra conservador porque son minutos de esfuerzo, sol, deshidratación... pero tampoco emocionarse con creer desoír el ir al pulso de referencia"... me estaba pasando factura desoírlo? Es verdad que el globo de 3,30 había ido a un ritmo superior.
Veo que Roger va un paso por delante e intento seguirle pero tengo dudas de si aguantaré me tomo el segundo gel. El del mazo acecha pero Roger me anima nos damos un apretón de manos. No se cuantos apretones de manos nos dimos a lo largo del recorrido pero si se que nos sirvieron de mucho.
Nos fuimos acorazando con palabras de ánimo. Cruzamos el rio por el puente de los Remedios. Sigo a Roger y sigo algo tocado. Enfilamos hacia la zona en la que se instala la Feria de Abril. Me voy sintiendo cada vez mejor. Vamos cantando los Km. Recuerdo que Roger decía de ir luchando Km a Km. LLegamos al 35 y me tomo un nuevo Gel. Roger me dice que va tocado pero le animo a continuar, le digo que si se para él me paro yo también. Que vamos a ir juntos hasta el final. Le digo que como a partir de ahora todo es de cintura para arriba que se ayude con los brazos impulsando el cuerpo hacia arriba (acabé con agujetas del esfuerzo pero me vino bien). Cuando cruzamos el rio por el puente de Triana y Olé, Roger se encuentra mejor a eso contribuye también gente anónima que nos anima. Sevillanos gitanos con gracia. Sevillanas que nos jalean y animan a continuar. Impagable. Se lo agradecemos. En justa compensación las piropeo con un "gracias guapa o guapas" muy castizo por algo soy de Madrid.
Nos acercamos al final pero aún queda mucho por recorrer. La avenida de Torneo es muy dura. No hay apenas gente a lo largo del recorrido y se hace duro. Vamos pasando a corredores y llegamos al puente de la Barqueta nuevamente. Roger me dice que tire pero le digo que no que vamos juntos. Al ir a cruzar el puente hay espectadores que no pueden esperar a que pasemos y nos cortan el paso. Les grito. Vamos muy justos y un choque con una bicicleta puede ser una puntilla. Me cuesta comprender este tipo de comportamientos en la gente. Solo di dedicaran un poco de tiempo a pensar se darían cuenta que es una locura hacer lo que hacen.
Cruzamos el puente y ya estamos a las puertas del estadio. Todavía nos queda por recorrer parte de la isla mágica, cruzar por debajo del puente del Alamillo y cruzar por el parque del Alamillo para volver a enfilar definitivamente la entrada del estadio.
Yo no se si fue en este momento pero el dolor que había venido sintiendo desde el principio en la pierna izquierda y que tenía miedo de que me pasara factura desapareció.
Según vamos atravesando el parque del Alamillo un corredor se detiene, le ha dado una especie de tirón en el gemelo derecho. Le veo una vena muy hinchada. Se suceden los ánimos entre los dos pero a la altura del km 40 Roger me dice que no puede más. Hay un avituallamiento y le digo que bebamos agua que nos viene bien. Cojo el agua y veo que no viene Roger que se queda rezagado pero le espero y le digo lo que ya le dije en el 35 que si el se paraba yo me paraba también. Que no le dejaba por nada del mundo, que íbamos a entrar juntos en el estadio, que habíamos trabajado muy duro para llegar hasta allí y que nadie nos iba a detener, que teníamos fuerza para llegar que con dos cojones íbamos a ir hasta la meta ... se que dije muchas más cosas pero sentí el poder de darnos ánimos, mis palabras salían con convicción, con rabia, con determinación. Roger se anima y continuamos bajamos un poco el ritmo y el globo se distancia pero vamos a entrar en el estadio.
Nos vamos dando la mano. Nos apoyamos mutuamente y a la entrada del túnel Sur vemos a Pequis y a Alicia que nos animan, nos jalean, nos gritan, yo grito de emoción y de rabia y pido a voz en grito a todos los sevillanos que nos aplaudan que no les oímos aplaudir que nos ayuden a entrar en el estadio. Creo que la gente enloquece con esa arenga que la digo en voz en grito con determinación, como poseído por el deber cumplido por la recompensa al esfuerzo. Entramos en el mismo túnel que nos sirvió para salir hace ya más de tres horas. Roger me dice que tire y le digo que vamos a entrar juntos de la mano porque nos lo merecemos porque somos unos campeones y hemos luchado para ello. Al llegar a la última curva y enfilando la recta le digo a Roger que si estiramos un poco las piernas y damos un poco de alegría a nuestras piernas. Roger comienza a saludar al Estadio, le sigo, les gritamos que aplaudan, es impresionante, oigo el sonido del estadio, de los aplausos como si el tiempo se hubiera detenido, el triunfo por haber alcanzado el sueño, me olvido y me aíslo de todo lo demás menos de mi compañero, disfrutamos esos últimos metros, nos agarramos una vez más de la mano y tras pasar la meta nos abrazamos.
¡Irrepetible!
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