jueves, 3 de junio de 2010

Dando los primeros pasos


Hoy es mi tercer día de correr tras mi esguince. He corrido una hora y 4 minutos en esta ocasión por mi recorrido habitual por asfalto, exigente, con cuestas y bajadas. Las sensaciones extrañas. mi pierna derecha bien, la del esguince pues ... noto cierto enquilosamiento en el empeine y molestias en la zona, sobre todo en la parte interior que la noto algo inflexible. Molestias al subir las cuestas precisamente por esa dificultad en flexionar el empeine. También noto molestias por ejemplo ahora detrás del maleolo. Por lo que se refiere a mi estado de forma, aunque no la he perdido si he perdido eficiencia de pulsaciones, es decir se me han incrementado para el mismo recorrido y mismo ritmo. Posiblemente no tengo todavía suficientes referencias para saber lo que he perdido aunque soy consciente de que me queda un buen trecho para correr sin molestias, quizá como mínimo uno o dos meses más. Ya veremos.

SALIENDO DEL BACHE




Es duro tener una lesión. Posiblemente lo que voy a decir es una estupidez pero no lo creo. Hay lesiones que uno más o menos sabe que se están fraguando y aunque ponemos todo nuestro empeño en controlarlas al final nos pasan factura y ya no hay nada que hacer. Otras, para mí las peores, aunque todas son lesiones, son las que vienen sin avisar como el esguince del que estoy saliendo. Me lo hice un 27 de abril y no por correr sino por un descuido, una mala pisada y esguince de grado dos. Al principio muchos te dan ánimos y te hacen creer que vas a estar corriendo al día siguiente pero cuando notas que no es así, que la cosa pinta mal, pues empiezas a ser consciente de que te ha tocado, como en otras ocasiones les toca a otros. ¡Ojalá no le tocara a nadie! Aunque esto es cómo decir que no haya hambre en el mundo. O que no haya enfermedades o que no mueran los seres queridos y sí esos que todos coincidimos en ser despreciables y que rara vez desaparecen por causas naturales, salvo cuando les llega la hora. Lo cierto es que fastidia bastante, dicho con puro sentimiento de corredor, jode bastante. Sobre todo cuando llegas a ese nivel de entreno, por supuesto siempre mejorable, pero un nivel excelente. Pero es lo que hay. Cuando me lo hice en lo primero en lo que pensé es ... adiós a correr. O tal vez quería decir correr a los ritmos a los que me estaba acostumbrando. Todavía lo pienso y eso que ya he empezado a dar mis primeros pasos, 30 minutos de carrera continua y al día siguiente una hora, según una observadora, cojeando algo. Ya ha pasado un mes y todavía lo de adentro no parece estar completamente curado. Sin embargo tengo esperanza en que mi memoria me ayude a ser el de antes. Mi memoria y el entrenamiento, claro.
La lesión me ha deprimido algo y me ha desequilibrado mental y físicamente. La lesión me ha acercado al borde del abismo, y al de la ruptura con correr, al provocarme una cierta apatía, que nunca me había ocurrido. Es duro tener una lesión y es incomprensible y contradictorio que justo cuando tras correr un maratón te sientas tan bien suceda esto pero ... así son las cosas.